¿Qué es la ignorancia?

Efesios 4:17-18 Cuando escuchamos la palabra ignorancia, solemos pensar en alguien que “no sabe algo”. Pero en la Biblia, la ignorancia va mucho más allá de eso. No se trata solo de falta de información, sino de algo que puede mantenernos lejos de la verdad y del propósito que Dios tiene para nuestras vidas. “Ustedes están …

Efesios 4:17-18

Cuando escuchamos la palabra ignorancia, solemos pensar en alguien que “no sabe algo”. Pero en la Biblia, la ignorancia va mucho más allá de eso. No se trata solo de falta de información, sino de algo que puede mantenernos lejos de la verdad y del propósito que Dios tiene para nuestras vidas.

“Ustedes están equivocados porque no conocen las Escrituras ni el poder de Dios.”
— Mateo 22:29

Cuando una persona no sabe algo, no puede cambiarlo. Y eso es justo lo que hace la ignorancia: nos deja atrapados, sin poder avanzar.
Por eso, aprender, conocer y buscar la verdad es una forma de libertad espiritual.


Cómo se forma la ignorancia

La Biblia dice que nuestra mente es un campo de batalla. En ella se forman pensamientosargumentos y fortalezas (2 Corintios 10:4-5).

👉 Los pensamientos son ideas que llegan a nuestra mente.
👉 Los argumentos son razonamientos que usamos para justificar lo que pensamos.
👉 Las fortalezas son estructuras mentales tan fuertes que se vuelven parte de cómo vemos el mundo.

Por ejemplo:

  • Pensamiento: “No soy suficiente.”
  • Argumento: “Dios no puede usarme porque no tengo lo que se necesita.”
  • Fortaleza: “Nunca podré cambiar.”

Cuando esos pensamientos se repiten una y otra vez, se convierten en una fortaleza difícil de derribar.
Y muchas veces, esas fortalezas nacen de la ignorancia espiritual, de no conocer la verdad que Dios dice sobre nosotros.


La ignorancia: un poder estructurado

La ignorancia no es solo un “vacío” de conocimiento, es un poder que se estructura dentro de la mente humana.
Cuando no usamos nuestra capacidad de pensar con la sabiduría de Dios, ese espacio se llena con pensamientos equivocados, dudas y mentiras.

Dios nos dio una mente para usarla, para pensar, reflexionar y desarrollar el propósito que Él diseñó para cada uno.
Pero cuando dejamos de hacerlo, cuando preferimos no cuestionar, o simplemente seguimos lo que el mundo dice, terminamos construyendo estructuras mentales que nos alejan de la verdad.

Por eso, cuando le hablas a alguien sobre Dios y esa persona se resiste, muchas veces no es por falta de interés, sino porque ya tiene pensamientos y argumentos dentro de su mente que le impiden recibir la verdad.


La verdadera batalla

La verdadera batalla del creyente no está afuera, sino adentro.
No es contra personas, sino contra esas estructuras mentales que la Biblia llama “fortalezas”.

“El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios.”
— 1 Corintios 2:14

La ignorancia nos roba el tiempo, nos distrae y nos hace vivir sin propósito. Pero Dios no nos dejó sin salida.


La salida: tener la mente de Cristo

La solución a la ignorancia espiritual no es simplemente leer más o saber más, sino pensar como Cristo piensa.

“Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”
— Juan 8:32

Cuando entendemos que fuimos creados a imagen de Dios, descubrimos que tenemos la capacidad de recibir su forma de pensar.
Eso significa vivir en la tierra, pero con una mentalidad del cielo.
Pensar con esperanza, con fe, con propósito.

“Nosotros tenemos la mente de Cristo.”
— 1 Corintios 2:16


En resumen

La ignorancia no es solo falta de saber; es una estructura que puede alejarnos del propósito de Dios.
Pero cada uno de nosotros tiene la oportunidad de renovar su mente, de dejar atrás los pensamientos que nos limitan y de aprender a pensar con la sabiduría de Cristo.

Dios no quiere que vivas en oscuridad, sino que camines en la luz del conocimiento y de la verdad.
Él ya te dio la herramienta más poderosa: una mente capaz de ser transformada por su Espíritu.