“Y sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”— Efesios 1:22-23 Una cena, una enseñanza En Lucas 7:36–50 encontramos una historia poderosa.Un fariseo invitó a Jesús a cenar, algo poco común, ya …
“Y sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”
— Efesios 1:22-23
Una cena, una enseñanza
En Lucas 7:36–50 encontramos una historia poderosa.
Un fariseo invitó a Jesús a cenar, algo poco común, ya que los fariseos lo rechazaban. Durante la comida, una mujer con mala reputación —probablemente una prostituta— entró sin ser invitada.
Con lágrimas limpió los pies de Jesús, los secó con su cabello y los ungió con perfume.
Mientras los demás juzgaban, Jesús dijo:
“Sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho.”
Este pasaje nos recuerda algo esencial: lo que realmente importa no es el lugar donde estás, sino tu relación con Jesús.
Y eso nos lleva a una pregunta importante para la iglesia de hoy:
¿Estamos siendo Iglesia o solo una congregación?
Congregación vs. Iglesia: no es lo mismo
Hoy en día, muchas personas asocian “iglesia” con un edificio o una denominación.
Pero en la Biblia, la palabra Iglesia viene del griego ekklesia, que significa “asamblea” o “convocatoria”.
Es decir, la Iglesia no es un lugar, es la gente: hombres y mujeres transformados por Cristo.
Sin embargo, muchas veces lo que tenemos no es Iglesia… sino congregación.
¿La diferencia?
- Una congregación se reúne para cumplir actividades.
- Una Iglesia se reúne para cumplir propósito.
Una congregación asiste; una Iglesia impacta.
Una congregación busca comodidad; una Iglesia busca transformación.
Una congregación depende del templo; una Iglesia lleva el templo adentro.
El problema: la ignorancia espiritual
Jesús dijo:
“Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
Pero muchas veces, como creyentes, vivimos en ignorancia.
No por falta de información, sino por tener estructuras mentales que nos justifican para no cambiar.
La ignorancia no es no saber; es decidir no aprender.
Es conformarse con una fe superficial, llena de actividades, pero vacía de entendimiento.
Y cuando la Iglesia se acomoda, se convierte en una simple “congre”.
Seguimos reuniéndonos, pero sin avanzar.
Seguimos cantando, pero sin transformar.
Seguimos sirviendo, pero sin propósito.
¿Qué significa ser Iglesia?
Jesús tomó el concepto de “iglesia” de los reinos antiguos.
Cuando un reino conquistaba a otro, enviaba representantes que se reunían para establecer las leyes y cultura del reino vencedor.
Esa reunión se llamaba ekklesia.
Jesús usó ese mismo concepto para hablar de su pueblo:
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”
Así que ser Iglesia significa establecer la cultura del Reino de Dios en la tierra.
No es solo asistir, cantar o escuchar.
Es ser embajadores del cielo dondequiera que vayamos.
Migrar de “congre” a “Iglesia”
Migrar de congregación a Iglesia significa pasar de la actividad a la revelación.
Significa entender que todo lo que vivo tiene un propósito eterno.
- Cuando lo que hago manifiesta a Cristo, soy Iglesia.
- Cuando lo que hago es solo por costumbre, soy congregación.
La Iglesia verdadera no se mide por el tamaño del edificio, sino por la profundidad del entendimiento espiritual de sus miembros.
Por eso Pablo no escribió cartas a congregaciones, sino a Iglesias vivas y en movimiento.
La Iglesia primitiva no era un edificio; era un sistema espiritual, lleno de propósito, revelación y poder.
¿Cómo saber si estoy en la Iglesia o en la congre?
Estás en la congre si:
- Solo asistes, pero no te transformas.
- Te conformas con “cumplir” y no con “crecer”.
- Tu fe depende de un programa o un líder.
Eres Iglesia cuando:
- Sabes que Dios te llamó con un propósito eterno.
- Tu vida refleja el carácter de Cristo.
- Tu relación con Dios impacta a otros.
- Entiendes que lo que haces tiene valor en el Reino.
En resumen
- La congregación se reúne, pero la Iglesia se manifiesta.
- La congregación se enfoca en el templo; la Iglesia lleva el Reino.
- La congregación busca pertenecer; la Iglesia busca transformar.
- La congregación hace actividades; la Iglesia cumple propósito.
Jesús no murió para formar congregaciones, sino para levantar una Iglesia viva, poderosa y llena de su Espíritu.
Reflexiona en esto:
Tal vez durante mucho tiempo has asistido fielmente a “la congre”, pero Dios te está llamando a ser Iglesia.
A vivir con propósito, a influir donde estás, a llevar el Reino de Dios más allá de las paredes del templo.
“El Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.”
— Romanos 14:17
No te conformes con asistir.
Sé parte del cuerpo.
Vive como Iglesia.